Me encontraba
navegando por la red y me topé con una página muy graciosa, donde se defendía
el derecho de los “princesos”, por mujeres que los maltratan y agreden en toda
su divinidad, sensibilidad y buen porte. Pero que gran idea pensé, en realidad
con todo lo que nos ha regalado los movimientos feministas, la liberación
femenina, nos ha convertido en mujeres fuertes, seguras y sin miedo a enfrentar
lo que nos espera en el camino de la vida. Pero toda causa tiene un efecto,
como la debilidad con que ahora encontramos a muchos hombres (princesos), que
llegan a presentar actitudes y reacciones dignas de una mujer.
No les ha pasado que
dentro de una relación, el hombre es el que se enfada y siente resentimiento
por su trato, por sus amigas, por la falta de atención de su parte en la
relación, por que olvidó el mensaje de cada mañana, porque no le dijo algún
término que denote cariño en sus mensajes(a pesar de que él lo hace todo el
tiempo), porque no le presento a sus amigos, porque no llegó a la cita pactada
por dar prioridad a su trabajo, porque prefirió salir con sus amigas antes que
pasar un instante con él (incluso si lo invitaron y él no quiso ir)…
Estos y muchos otros
ejemplos me han llevado a creer que hemos cambiado de papeles, ya no existen
las damiselas en peligro a ser rescatadas por valientes caballeros, ahora
existen luchadoras que se enfrentan a dragones para evitar que sus “princesos”
generen traumas de inseguridad y personalidad o será qué ¿sólo yo me he topado
con princesos?